sábado, 20 de abril de 2024

Cuando un día, quizá mañana, se acabe esta guerra

 

De mi próximo libro “Poemas duros como un pan olvidado en la alacena.

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Cuando un día, quizá mañana, se acabe esta guerra

Autor: Luis Carlos Pulgarín Ceballos

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Cuando un día, quizá mañana, se acabe esta guerra  

Tal vez volvamos a escuchar las voces de los dioses, silenciadas por el ruido de los cañones y las ráfagas de metralla.

Volveremos a tener la cercanía del paraíso en el rumor del viento colándose por entre la arboleda de nuestras montañas.

Tal vez vuelvan los hijos ausentes a ocupar el lugar que en la mesa siempre estuvo vacío y a la espera, a vestir el ropaje que mamá lavó mes a mes, para que estuviera limpio el día de su regreso.

La palabra odio será una página del pasado y la risa será el abrazo de cada nuevo día entre los enemigos,

nos reencontraremos en los ojos del vecino sin temor y desconfianza,

ya no habrá señales de miedo, cuando los perros ladren en la noche,

y las puertas de la casa no se cerrarán con decenas de trancas y mil padrenuestros.

el humo será señal de esperanza y bienestar… no signo de veredas devastadas por la presencia de la barbarie.

Antígona podrá por fin entrar al campo de batalla dónde murió su hermano guerrero, para darle digna sepultura.

Y Tiresias será libre,

su voz será oración de bienaventuranza, no más, nunca más augurio obscuro, maldición del destino, signo trágico de Tebas.

 

Cuando un día, quizá mañana, se acabe esta guerra,

volverá en el aire la fragancia de nuestras alegrías de infancia pérdida,

y la zozobra será sólo un pasajero distante en el tren del olvido.

 

Cuando un día, quizá mañana, se acabe esta guerra,

Cuando haya una tregua, cuando cese el fuego, volverás a casa a retomar tus escritos perdidos en ese viejo cuaderno donde escribías canciones a las novias añoradas.

Y el rugido del jaguar en la selva, será sólo el anuncio del combate de los amantes que al filo de la madrugada se abandonan a la urgencia de sus pasiones. 

Y el poema tendrá una nueva oportunidad para descubrir la misteriosa luna que en secreto guardan en sus cuerpos quienes despiertan al amor en su primara vez.

Ya no más odios, no más hambres, no más alientos de venganzas ¡no más trincheras, no más furias, no más cegueras, no, no, ya no más! cuando un día, quizás mañana, se acabe esta guerra.

 

Luis Carlos Pulgarín Ceballos

Territorios de Murindó,

2016, año de la firma del Acuerdo.


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