domingo, 2 de marzo de 2025

Mudanza y otras minificciones

 Mudanza y otras minificciones. Autor: Luis Carlos Pulgarín Ceballos

Precio: $ 25.000=
Envíos, dentro de Colombia: $ 13.000=
Pedidos: WhatsApp 3153434060.




Mudanza hace hincapié en el subgénero del relato negro, una tendencia que empieza a cobrar importancia para un buen sector de autores colombianos, dado el clima de impunidad de nuestra época. Un final muy a tono con el despliegue argumental logra completar el círculo metafórico postulado desde sus inicios.

Elmo Valencia y José Martínez Sánchez
Jurados Premio Literario Eutiquio Leal, 2012


Mini prólogo

Por: Jota Villaza.

Los textos breves e hiperbreves, nos han llevado desde la antigüedad, por el pensamiento de la sabiduría, de la reflexión y las sentencias finales, que generalmente no admite una variante, el minicuento o minificción con sus igualdades y diferencias nos dejan allí, frente al texto con esa sensación de inmensidad, como la palabra mar, que nos lleva al inmenso océano, perplejos, sin más que decir, sólo con la verdad total que nos acaban de revelar, bien sea mediante una narrativa o una sentencia poética.

Luis Carlos Pulgarín Ceballos, en su devenir, por el teatro, el cuento, la crónica, la poesía y la novela, nos trae ahora una especie de síntesis de su pensamiento y criterio creativo, por medio de numerosos relatos de asombrosa inmensidad en su brevedad, como manantiales en los que navegamos, para llegar indefectiblemente al océano mínimo de MUDANZA, en el que además nos lleva por un oscuro laberinto incursionando en las artes plásticas, esas que además de llenar el lienzo dejando enormes incógnitas, llenan el corazón de asombro y de incertidumbre.

El libro se deja leer con una fluidez asombrosa y cada vez se asoma a laberintos diferentes de los parajes recónditos del alma humana, desde lo espiritual hasta lo terrenal y llegamos al texto final que nos detiene, que es tormenta, que no nos deja fluir, como si a nosotros nos faltara inspiración para terminar el cuadro, o el texto, para ese estallido final que es de satisfacción y nostalgia.

Gracias a Luis Carlos por estos bellos textos y Gracias a los lectores por su complicidad.


--------------------

En Mudanza y otras minificciones la brevedad se hace concisa bajo la complicidad del lenguaje que surfea, se hace preciso y comprime la anécdota. Esta, se tiñe de color, de amor o de dolor, de seres encarnados o que se pierden y deambulan entre la realidad, las metáforas o las fábulas. Hay aquí la clara intención de construir y renovar el relato formal y el imaginario cultural, con nuevos matices de color y texturas que aproximen el discurso en búsqueda de otra visión posible, desde la creación literaria, apropiando figuras y formas narrativas comprimidas dónde cómodamente se mueven las dualidades humanas.
Ramiro Agudelo López
Escritor


La realidad supera la ficción, se ha vuelto común en las descripciones literarias, algunos de los textos aquí publicados, aunque se traten de “minificciones”, parecen confirmar lo anterior de manera categórica.


--------------------------

Tres relatos:


Primero fue Lilith
Una mañana cualquiera de aquellos primeros tiempos que no tenían almanaque, Adán despertó y no encontró rastro de Lilith. En su lugar estaba una tímida y virginal Eva nacida para el resignado destino de la procreación, más allá del libidinoso e inútil goce del deseo de la carne y la reinvención de las múltiples formas del amor. Lilith fue presencia anticipada del sentimiento del deseo en el paraíso, manifestación concreta de los impulsos primarios del dios bíblico que lloró por no haber nacido mortal como Adán para acceder a los misterios de la piel y la fragancia del sudor del eros al atardecer. Lilith, tentación permanente de Adán, embrujo de la madrugada cuando los desvelos de su creador lo afligían tanto que sus lágrimas se convertían en rocío del amanecer. Lilith fue carne, pasión, primer sentimiento del pecado de los celos y las rivalidades entre Adán y su dios creador. Lilith ráfaga de volcán en erupción es el canto y el bullicio permanente que destiló su lava ardiente por todos los rincones del Edén. Lilith fue la daga que desangró la noche cuando Dios huyó al otro lado de la luna para no avergonzarse de cómo Ella y Adán, en un duelo intenso, batalla cuerpo a cuerpo, conquistaron el universo del amor. El castigo, a tanto desparpajo autónomo de Lilith, fue el destierro del paraíso.



Desenlace

El cabello cano, al caer, predice que su vida se
extingue: la ceniza es la manifestación certera de la vejez
del cigarro.



Job rebelado*
Llevaba días escribiendo su novela. Había inventado el destino más inverosímil, literariamente hablando, para su personaje. Capítulos ambivalentes, páginas inciertas, párrafos a la deriva. Pero... nunca nadie imaginaría que, en un extremo acto de rebeldía, el personaje reclamaría un más justo destino. Por ello cuando se enteró de que la intención de su autor era asesinarlo al final, decidió adelantársele. La novela jamás se concluyó. Los más expertos detectives del cuerpo de inteligencia nacional, sin el menor indicio de sospechoso alguno, decidieron cerrar el caso dándolo como un suicidio.

----------------

* Finalista en el III Concurso Internacional de Microrrelatos de la
Fundación César Egido Serrano y el Museo de la Palabra, Madrid, España; 2013.


Bolicolomperecuvenezuela y otros relatos

 Bolicolomperecuvenezuela y otros relatos.

Primera edición, febrero de 2025.

Autor: Juan Gil Blas (Medellín, 1.959).

Precio: $ 30.000=
Envíos, dentro de Colombia: $ 13.000=
Pedidos: WhatsApp 3153434060.

El último relato del presente volumen, “La mujer de Rodas”, fabula el escondido origen de los antioqueños como fruto de un mestizaje de violación de las mujeres nativas; solo después fue el amor y la familia. Es lo que se llamó: Conquista. “Un beso de amor eterno”, esa extraña manifestación de muertos descrita en 1989, anuncia el fatídico número 6042 que conocimos después y que todavía zahiere; vislumbra también, la fatídica Escombrera, esa fosa común ya indeleble del paisaje de Medellín. “Peón cuatro rey”, para amantes del ajedrez político y literario, demoró diez años para un final digno de las Madres Buscadoras y de las Madres de la Candelaria, significativas pares criollas de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. “Tan sabrosa la libertad”, retrata la personalidad de un señor llamado Carlos Castaño reprobado por la colombianidad y por los valores de la humanidad: ese hombre que ninguno de nosotros, bajo ninguna circunstancia, desearía ser. “Fantasías de primavera” no enloda el carácter comercial de la ciudad de la eterna primavera; por el contrario, lo resalta hasta el límite de la exacerbación. “Cuento de Navidad” canta la paz de bandos enemigos (ambos del pueblo) que fraccionaron la hermandad de la nación colombiana, o que fueron fraccionados por esta. “Una jornada más” dibuja la Medellín soñadoramente rebelde de finales del siglo veinte y que el tiempo derrotó en su fracasada versión insurreccional… pero que existió, nadie lo desconoce. “SE ARRIENDA”, más otros relatos cortos, son una pincelada de la tragedia que suele ser la vida, también la vida que sucede ajena a las vicisitudes históricas.
En conjunto, estos 56 títulos son una selección de fábulas cortas que dan cuenta de la historia del país de finales del siglo veinte y comienzos del veintiuno. Particularmente, de Antioquia y Medellín, tierra natal del autor. Ficción, reflexión filosófica, divertimento literario, un amplio abanico de las posibilidades de la literatura.
La literatura, ese oficio de la soledad más acompañada, de tanto en tanto nos recuerda su sabia costumbre de no deberle nada al rey.

...........................................

La literatura de Juan Gil Blas
Cuidado, al abrir de cada página siguiente te puede asaltar un fantasma. Los fantasmas que rondan los parajes desolados de una literatura que no es de este tiempo, aun teniendo el olor del presente; que es como su autor, una literatura que huye al tedio y la banalidad de tanta historia faranduleada, narcotizada, una literatura que evade los espacios sociales donde se distrae la atención de lo verdaderamente importante para tiempos de incertidumbre y se crean cortinas de humo que terminan siendo cómplices del olvido. Y es que la literatura de Juan Gil Blas es memoria, es testimonio, es denuncia, es desahogo del tiempo aciago que durante siglos han vivido estas tierras donde tanta sangre ha corrido. Los fantasmas recorren los caminos que se entrecruzan en cada párrafo de los cuentos de Juan Gil Blas, o por lo menos en la mayor parte de ellos; cada línea es un camino lleno de asombro que nos conduce a un universo narrativo que se erige como un territorio olvidado, de aquellos donde reina, a sus anchas, la violencia. Pero a diferencia de los fantasmas de otros textos de la literatura universal, como los de Rulfo por ejemplo, los fantasmas que recorren estas páginas van más allá del panorama de lo fatal sin salida, hay un matiz de fino humor, de cierta ironía, de cierta sorna que genera atmósferas menos densas en la lectura, tal vez una intención secreta del autor de que al final de todo puede haber alguna salida menos cruda, con nuevas luces de esperanza para una humanidad que parece devastada. Y como mi papel en estas breves líneas de apertura para estos relatos (selección propia del autor para esta colección), no es remplazar su voz, corto la cinta inaugural de este acto de entrega literaria y os deseo un abrazo cálido de cada ser cadavérico o esquelético que pueda estar esperándoles escondido a la sombra del punto final de cada párrafo. Pero ojo, son los fantasmas y los esqueletos de un pueblo vivo. Los fantasmas y los esqueletos de los desaparecidos. Los textos fueron tomados de Diálogos de la eterna primavera (1992); Diccionario triste (1998); El valle de los perros mudos (2000); Dos cuentos (2002); Colección memoria (cuadernillos, 2007); El difícil cuento de la educación de Mateo Falcone (2009).
Luis Carlos Pulgarín Ceballos
Editor


------------------------------------------------------

Tres relatos:

Veinte valerosos vampiros
VEINTE VALEROSOS VAMPIROS consiguieron mantener intacta la integridad del pabellón K. aunque fuese sólo por escaso tiempo. Su certera aparición instantes previos a la caída de la tarde, quién lo creyese, conminó al retiro inmediato del capellán, del administrador y del jardinero, acompañados de los ingenieros. Cuán incómodas resultan las reestructuraciones, cuán insulsas las remodelaciones, cuán indignos los traslados. Si los resultados saltasen a la vista, valga y pase; pero si se trata de dejar las cosas como estaban o peor, entonces no. El capellán raras veces se pone de acuerdo con el administrador; además, los ingenieros en pocas ocasiones interpretan de manera correcta las directrices del capellán y del administrador. El jardinero escucha y cumple. Había que verlos decididos como soldados de guerra avanzando con los picos y las palas en las manos, los ingenieros al frente y los demás detrás. “Yo abro el primero”, detuvo el administrador al ingeniero jefe. Él mismo picó, escarbó y echó la lápida al suelo. ¡Y volaron los veinte valientes vampiros! El olor de humedad concentrada, la tierra pasada de tiempo y el malestar de los bichos de la corrupción, junto con el vuelo en fuga de los veinte vampiros súbitamente puestos en libertad, hizo dar pie atrás al administrador. Se apartaron los ingenieros, retrocedieron el capellán y el jardinero, y el administrador, alejándose, exclamaba, enarbolando pico y pala contra los vampiros: “¡Atrás! ¡Atrás!”. Así se salvó de manera temporal el pabellón K., quién sabe hasta cuándo.



Rústicas remembranzas rurales

 

ERIGIRSE A LA PAR CON LA PALMA es digno del acontecimiento birlibirloquesco de la vida. Verla brotar de pronto como retoño de la tierra, y después verla hacerse arbolito de melena y corbatín; derecha y pujante va la palma creciendo, y el campesino, igual que ella, se hace niño y adolescente, primero de juguetes y luego de espejos, el campesino de vidrio, ella de sol. La palma va alimentándose de las aguas bajo tierra, y el campesino de las aguas rojas de las venas, y en ambos, qué bella curiosidad, el agua es casi las dos terceras partes de todo. Que a la palma creciendo rumbo al cielo no la detiene nadie; que al campesino menos. Que la palma fabrica más tarde palmitas; que el campesino hijitas. Que los dos son vigorosos, que el cenit del crecer, pero, que, ay, un hacha, zas zas, una escopeta, bang bang, por la mitad, certeras, hasta hacerlos doblar y caer, hasta derrotarlos en su pleno fulgor, la palma sin ardor, el campesino con dolor.

Bella savia la que circulaba por las venas de Ricardo Ramírez Rendón, el 408 de la galería del Divino Redentor, procedente del campo.



Múltiplos de Mayakovski

 

SE SABE que el padre del poeta ruso Vladimir Mayakovski murió de una infección en la sangre luego de pincharse un dedo con un alambre. Muerte inesperada, triste y absurda. Un pinchazo. Un alfiler. ¿Se ha pensado menor motivo? ¿Se ha encontrado después un arma tan insignificante y paradójicamente pacífica? ¿Qué hacía allí el alambre? ¿Por qué el señor Mayakovski, padre, tenía que pasar justo por ese sitio de la cómoda contra la pared y tropezar y pincharse, infectarse y morir? ¿Y por qué él y no otra persona? ¿Y por qué otro si así fuera? ¿Quién le dio tal destino al señor Mayakovski? ¿Se lo dio él mismo? ¿O meramente las cir­cunstancias ingobernables lo condujeron a la increíble hila­zón de un dedo, un alambre y un roce mortal? ¿Por qué? ¿Con qué derecho? ¿No hubiese sido mejor, más justa y menos dramática una muerte senil? ¿O tan siquiera un enorme pino que lo aplastara como gelatina durante su visita al bosque como inspector forestal? Por lo menos habría sido un final adecuado, dentro del orden establecido, aceptable. Pero, ¿un infeliz alambre acabar así no más con un hombre que se defendía de todo menos de los alfileres?

Así es el azar.

El 14 de abril de 1930, su hijo, Vladimir Mayakovski, el poeta trágico, futurista y proletario, levantó su brazo de hombre grande, se apuntó con una pistola en el pecho y disparó.

Así obra la voluntad propia.

Y ayer no más, en el alba triste del solar*, María Maldonado, que visitaba a su hija Marina, recibió un balazo anónimo en la espalda, y hoy duerme aquí, serena, ecuánime, sonriente.

Así opera la voluntad ajena.

 


* Cementerio. En Diccionario triste solar y cementerio son sinónimos (N.E.)






Cuentos entre el bosque y la luna

 Cuentos entre el bosque y la luna.

Autores: Marta Quiñonez, Luis Carlos Pulgarín Ceballos y Diana Arango (Ilustradora).

Libro Cara y Cruz (Lado A y Lado B)

Precio: $ 30.000=
Envíos, dentro de Colombia: $ 13.000=
Pedidos: WhatsApp 3153434060

Entre el bosque y la luna contiene dos relatos cuyos protagonistas son niños. Mientras en Samweli y el tiempo hay una inocente pero profunda reflexión sobre el concepto del tiempo, en Para Subir al Cielo habitan los diálogos imaginarios de un hijo con su padre desaparecido en medio de la violencia que se vive en su territorio.
Dos bellos relatos nacidos de la realidad y recreados desde la fantasía que nos acercan a las preguntas por: el tiempo, la adultez, la separación, el conflicto armado, el desplazamiento, pero también la ilusión.

Mudanza y otras minificciones

  Mudanza y otras minificciones. Autor: Luis Carlos Pulgarín Ceballos Precio: $ 25.000= Envíos, dentro de Colombia: $ 13.000= Pedidos: Whats...